En SOYFEMINA.COM nos disponíamos a realizar un especial sobre LOVE HOTELS, como Mistery Shopers.
Sin embargo, lejos de llevarnos una grata experiencia descubrimos que el hotel cuyo slogan es «Has lo que amas» o «Do what you love» en inglés, nos dejo ver que lo que ellos aman es robar y mentir.
Le Reve Love Hotel, había sido elegido como uno de los candidatos a salir en una publicación de recomendaciones, pues supuestamente es original con su temática neón, estrellas al interior de la habitación que no son más que luces feas e incómodas, y la posibilidad de hacer reservación y salir al día siguiente.
Puras falacias. El reportaje comenzó al momento de llamar para reservar, en donde la recepcionista en turno contestó con toda la flojera del mundo «Bueno…», como si hubieras llamado a las 4 am a su casa.
Al pedir la reserva, ella dice, ah es uno o dos días antes en recepción, no contamos con reservaciones telefónicas. Contrario a lo que dice su sitio web.
Falsa publicidad ahí, pero ok, SOY FÉMINA siguió adelante con el tema.
Al llegar a las instalaciones, resulta que es un máximo de 8 horas, y luego quien da el acceso al estacionamiento indica que por 200 pesos más puedes permanecer 10 horas.
Seguimos adelante con la misión, y descubrimos que el encargado de cobrar la habitación abusa si el pago es enfectivo, en este caso, se robó los 200 pesos adicionales que solicitó por las dos horas adicionales.
Y ok, un error lo comete cualquiera, no hay problema. Pero encima de ello, el personal lo niega rotundamente. Y el hotel se atreve a cargar los 200 pesos nuevamente, en lugar de verificar las cámaras que supuestamente tienen para seguridad de los clientes.
SOY FÉMINA solicitó hablar con el gerente en turno, a lo que la amable gerente de turno atendió, y ofreció tomar cartas en el asunto así como compensar la falta del hotel, así como de comunicarse vía correo a más tardar el día martes pasado.
Ha pasado la semana completa y no se ha recibido ningún comunicado por parte del hotel o de la amable y poco profesional gerente de turno.
Puras malas notas hasta ahora en cuanto al servicio y profesionalismo.
Sigamos con las instalaciones…
La habitación no es de cinco estrellas como se publicita, es un poco amontonada y de arquitectura insegura, hay escaones en donde no debe de haberlos. La comida tiene buen sazón pero la llevan fría, el personal no es amable y les molesta realizar su trabajo, aunque agradecen la propina.
Si te gusta la comida caliente, definitivo no ordenes alimentos ahí.
En cuanto a la parte ecológica también deja un mucho que desear, tiene demasiadas luces, las regaderas no funcionan bien, puede haber pequeñas fugas, utilizan secadores de cabello de potencia baja que generan mucho calor y usan mucha luz, y en cuanto a los souvenirs, bueno, tampoco son los mejores.
Se agradecen las sandalias de baño para quienes van a la hora del almuerzo, pero si lo ecológico es lo que te llama la atención, debes saber que no tienen buenas prácticas con los productos envasados y sus residuos, y la sandalias son desechables de foami, inseguras y que no son biodegradables tampoco.
Las percianas son electricas en lugar de manuales, generando un mayor consumo de electicidad. Y el hotel no indica ningún programa que tenga implementado como recolección de aguas pluviales, reciclaje de sus residuos o apoyo a la ecología, evidentemente pues tampoco la libran con la parte de no cambiar toallas y sábanas o estarían metidos en un grave problema de salubridad.
Tampoco respetan la ley de areas cerradas libres de humo, puesto que permiten fumar al interior, y el humo de habitaciones contiguas se percibe.
Su atractivo «kinky» son un par de agarraderas sobre la «cabecera de la cama» que aun con instructivo lucen muy incomodas, pero bueno demos un voto de confianza, tal vez hubo falta de creatividad para imaginar algo kinky con esas instalaciones.
Te decimos que para este «Kinky place» la recomendación es evitarlo a toda costa, si lo que buscas es una grata experiencia.
Inolvidable, sí es pero por los motivo incorrectos.